jueves, 30 de septiembre de 2010

No importa a quién votás, de dónde venís ni a dónde vas. Hoy estamos todos en la misma.

Conozco mi realidad, pero quiero entrar a la que se encuentra un poco más allá. Observar, estudiar, irme y algún día volver. La ignorancia no es felicidad. Es una alegría de repuesto, pasajera y vacía. Nos tira para atrás y nos hace caernos, como bebés que no pueden caminar. Ese dolor en el pecho al abrir los ojos y ver que las chocolatadas y los aviones de papel quedaron en el pasado y hoy son reemplazados por una realidad que vos no hiciste, nos hace crecer, inevitablemente. Crecer hasta tener el poder, la voluntad y la cabeza para ir y cambiar esa realidad, porque todo es subjetivo y todo es personal. La revolución está en uno y comienza hoy, mañana, cuando vos lo elijas... pero hacela comenzar. Elegir no quedarse quieto, no callar, es la elección de vivir, de no ser uno más, porque nadie es uno más. Somos tan diferentes y hermosamente complejos y fuimos bendecidos con el don de pensar, de poder ir más allá de una frase y abrazar su contenido, quemarlo hasta que penetre en nuestra piel. Al principio el miedo se apodera y destruye la ansiedad, pero a buen puerto se llega cuando lo único que busca uno es amar, dar, crecer y observar. No soy la única, no somos los únicos. Somos todos y cada uno somos muchos y eso alcanza y sobra para emparchar y hacer brillar de nuevo esas luz que nunca se apagó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario