jueves, 30 de septiembre de 2010

Instant thought.

Don't be afraid of death, be afraid of a life not lived.

No importa a quién votás, de dónde venís ni a dónde vas. Hoy estamos todos en la misma.

Conozco mi realidad, pero quiero entrar a la que se encuentra un poco más allá. Observar, estudiar, irme y algún día volver. La ignorancia no es felicidad. Es una alegría de repuesto, pasajera y vacía. Nos tira para atrás y nos hace caernos, como bebés que no pueden caminar. Ese dolor en el pecho al abrir los ojos y ver que las chocolatadas y los aviones de papel quedaron en el pasado y hoy son reemplazados por una realidad que vos no hiciste, nos hace crecer, inevitablemente. Crecer hasta tener el poder, la voluntad y la cabeza para ir y cambiar esa realidad, porque todo es subjetivo y todo es personal. La revolución está en uno y comienza hoy, mañana, cuando vos lo elijas... pero hacela comenzar. Elegir no quedarse quieto, no callar, es la elección de vivir, de no ser uno más, porque nadie es uno más. Somos tan diferentes y hermosamente complejos y fuimos bendecidos con el don de pensar, de poder ir más allá de una frase y abrazar su contenido, quemarlo hasta que penetre en nuestra piel. Al principio el miedo se apodera y destruye la ansiedad, pero a buen puerto se llega cuando lo único que busca uno es amar, dar, crecer y observar. No soy la única, no somos los únicos. Somos todos y cada uno somos muchos y eso alcanza y sobra para emparchar y hacer brillar de nuevo esas luz que nunca se apagó.

martes, 28 de septiembre de 2010

Pensar.

Las discusiones filosóficas sobre todo a lo que ya estamos acostumbrados son necesarias. Es decir, está en la escencia del ser cuestionar lo que está impuesto. Esto es perfecto. Quien no piensa, razona o cuestiona lo que lo rodea no valora su derecho a vivir. El mundo está para ser analizado, peleado, amado y dejado.
El comienzo es pensar; comunicarse, accionar y vivir es el descenlace. No hay final si uno perdura en sus pensamientos.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Reflejo y percepción,

El reflejo sólo refleja tus percepciones, usualmente equivocadas. Entiendo lo que dices, te estoy escuchando. También deseo que algún día destruyan todos los espejos. No, no soy exagerada. Por ahí un poco melodramática pero, ¿es ese mi pecado? Pecado es lo que todos nos muestran como si realmente hubiéramos pedido verlo. Tú eres tu pecado y te pesa saberlo pero, ¿qué sabes de ti realmente? Te guías por lo que te cuentan de ti y en cómo te reflejas ¿Es eso suficiente? No lo creo, pero tampoco sé qué se necesita y eso sentencia mi sentencia, ¿no? ¿Cómo saber si mis percepciones son correctas si tu punto de vista es tan parecido como diferente del mío? Nos unimos para pelear por una idea cuando es imposible que la comprendas de la misma forma en que lo hago yo. Entonces, ¿qué estamos haciendo? Peleando por percepciones que creemos parecidas sin estar realmente convencidos, sin saber... No lo sabremos nunca y eso crea un espacio entre nosotros y aunque tú construyas tu puente y yo el mío los materiales serán sutilemente diferentes y eso hará que en algún momento todo se caiga y caeremos con él. Nosotros con ellos y ellos con nosotros seremos una simple duda implantada en nuestro subconciente. ¿Nunca te preguntaste qué sería de la curiosidad si no nos hubieran enseñado a dudar? Por ahí, las respuestas hubieran arrivado solas aunque eso suena muy dudoso.

martes, 7 de septiembre de 2010

El tiempo y el fracaso del mismo en educarnos.

El tiempo es usado como transición. Una anestesia eterna que nunca vemos pasar y nos repetimos que la necesitamos para poder salir de este lugar. Cuando uno se encuentra en un plano temporal pero su mente está a años luz hay un sentimiento de soledad que se propaga como un cáncer por todas nuestras células. Ese sentimiento de inutilidad y debilitación constante que justifica la autocompasión. El tiempo. Esperamos el futuro toda la vida, siempre hay algo más allá, siempre uno está detrás de su próximo paso y eso nos persigue, nos engaña y nos destruye. Nos autodestruimos. Cuando uno logra parar y mirar a su alrededor odia lo que ve, necesita otro aire, otras ausencias, otros presentes. Lo busca en el exterior con miedo de adentrar al interior de las cosas. El interior de uno mismo. Ese afuera que uno contempla con tanta concentración tiende a decepcionarnos. Si dejamos que nuestra introspección también nos decepcione nos quedamos en una especie de limbo psicológico, psicótico y vacío. Una negrura tal que ya no hay distinción de color o especie. No hay nada. Y ese sentimiento de nada que produce el todo nos desmorona. Todo es tanto, tanto es todo. Una cantidad enorme de ideas que al no concretarse evolucionan en fracasos. Acumulación de metas que al no saber cómo emprender uno menos sabe cómo terminar. Esa totalidad apilada en cada rincón de la materia nos hace rechazar la misma, rechazar lo único poco confiable en que confiamos. Y nos quedamos solos, sin nuestra propia compañía.
Queremos que el tiempo que cura pase y llegue ese momento en que uno esté tranquilo, pero la transición es imperceptible y lo imperceptible es imposible en la lógica y manía mental a la que nos acostumbramos. Si la transición es imposible nos resignamos a un limbo eterno y un final esperado.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Maldita.

Si el aire fuera fuego tus ojos llorarían.
Si el cielo fuera suelo tus ojos llorarían.
Y lo que llora sufre y lo que sufre llora.
Si te encontrara perdido mis manos perderían.
Liberarían en el camino líneas nunca escritas.
Y lo que grita calla y quien calla grita.
La implosión de nuestra conciencia nos dejó divididos.
Abandonados en el medio de esta selva carnívora.
Y lo que mira siente y si me miras miento.
Escupiste tu ira y me defendí sin dignidad.
Manché de odio tus estrategias, respondí con la misma maldad.
Creí que humillarse era dar.
Y quienes tocan rompen,
y rompimos esto.

Hoy no me importa peinarme.

No tardé en vestirme
Y él no tardó en decirme.
Que iba a escribirme
Y pintar todo de gris.
Hoy tardaré en dormirme.
Quiero divertirme.
Voy a desvestirme
Sobre su océano gris.