sábado, 30 de octubre de 2010

Tú y yo.

Mis palabras ya fueron dichas, mis pasos por otros ya fueron dados. Mis sueños por ahora sólo habitan en mi mente y mis sonrisas a veces son falsas. No soy dueña de nada y a nada pertenezco, nunca tuve un camino y prefiero no tenerlo. No te puedo dar más que este momento, que esta mirada, mis palabras de amiga y mis besos de enamorada .... Por ahí no te alcanza un Presente, por ahí odiás el pasado. Y el futuro te mantiene inquieto, perdido, abrumado. Así que por favor mirame a los ojos y al mismo tiempo leéme los labios. Abrazame fuerte y quedate en mi pecho, por un segundo, porque el próximo te podré estar odiando. Guardá en tus brazos este momento y acariciate la cara cuando no estoy a tu lado. No te prometo nada más que este instante, lo siento si no te alcanza.
Igual no debes preocuparte, mañana te diré lo mismo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Dicho otra vez por primera vez.

- Espero que no te importe que use algo ya usado. Creéme cuando te digo que no encuentro otra manera de decirte lo que voy a decir que muchos ya dijeron... ¿Se entendió? Bueno, dejame volver a empezar: Sé que se dijo un millón de veces, un billón quizás. Durante los miles de años que tiene el universo, me quitaron la oportunidad de ser la primera en decir esto. Son sólamente humildes palabras. Probablemente, en el mismo momento en que las palabras salgan de mi boca, en algún rincón de la Tierra alguien también las va a estar diciendo. Ni siquiera hay un idioma oficial para decirlo. Tampoco sé como se dice en todos los idiomas. No es muy extenso ni elaborado. Pero de chica me enseñaron que en los cuentos era la mejor forma de empezar el final feliz. Yo lo creí y espero que lo creas vos también. Ya sé que no leías cuentos de hadas, pero querías ser un héroe. Y un héroe necesita salvar a su amada. ¿No te parece? En fin, siempre guardé esto en mi interior esperando que alguien lo venga a buscar. Vos lo encontraste.

Cerrá los ojos.
Concentrate.
Mordete los labios.
Quiero que escuches bien:
"Te amo."

Abrió los ojos.
Concentrado
mordió mis labios.
Creo haber escuchado bien:
"Yo también."

lunes, 4 de octubre de 2010

La imaginación.

La imaginación es la gran amiga y el peor enemigo. Una forma de refugio ajeno a nosotros, lejano en algún territorio de nuestra mente donde nos sentimos protegidos sintiendo eso que queremos sentir. También puede infligir dolor si toma un color oscuro y nos hace caminar por senderos sinuosos, desconocidos y poco convenientes.
Se visualiza como una cuerda que trepamos pasando la troposfera, estratosfera y la mesosfera, evolucionadas en ideal. Un empuje que nos lleva más allá y se adentra en nuestro más acá, en el ser, modificándolo y construyéndole una escenografía de humo como un parque de juegos es a un niño pequeño. Como tal, desaparece en un abrir y cerrar de ojos o con sólo mantenerlos abiertos, o cerrados. Depende de la morfología del invento, despierta con diferentes estímulos y se centraliza en una zona, dejando el resto imperceptible, permitiéndonos escapar de él.
Un estado catártico y relajante es la morfina que cura la realidad brindándonos una libertad limitada, ya que su uso excesivo lleva a un encierro mental donde los papeles se invierten y la búsqueda se suspende, siendo reemplazada por un laberinto interior donde el tiempo es imperceptible y las consecuencias ignoradas. En este momento se debe iniciar un éxodo desde adentro hacia afuera y no viceversa. Es por esto que es un juego delicado que debe saber manejarse y sobre todo controlarse, no al juego, sino a uno mismo. Como toda droga este estado puede generarse adictivo, en una búsqueda de refugio frente a un exterior corrosivo. Al enfrentar esta situación, el sujeto se relaciona mejor con un mundo de cristal que con uno de carne y hueso. Pero la física comprueba que el cristal es más frágil y, por ende, las ilusiones plasmadas en él son más fáciles de romper. Por estas e infinitas razones se debe priorizar un uso benéfico de la imaginación, en pos de modificar desde el adentro el afuera trasladando los cambios en acciones, ideas y palabras. Cuando este poder sólo ennegrece el exterior, que al ser comparado con un universo modificable luce inútil, se debe cesar la práctica y comenzar a buscar un por qué desde lo ya conocido e inmodificable, aunque esto es lo más complejo. El ser debe recobrar la diferenciación entre un plano y el otro para poder distinguir sus componentes, mezclarlos y obtener como resultado un híbrido conforme a sus expectativas, que al ser puesto en práctica enaltece el motivo de tal experimentación.
El poder en nuestra mente puede sobrepasar límites y horizontes todavía no impuestos y llevarnos a un limbo y a una confusión de percepciones y realidades. Con todo gran poder la ambición cobra un papel de contrafigura al benévolo impulso creativo o puro hedonismo, transformando un simple escape en un lugar de donde se busca escapar. Hay que comabtir reacciones como estas, tan humanas como dañinas.
También, como seres humanos que somos, cuando nos concientizamos acerca de las ilimitadas oportunidades y opciones que nosotros mismos brindamos, tomamos la bandera de la superioridad creyéndonos que debemos recibir crédito por un don que se nos ha otorgado. El uso de este es lo valorable, no este en sí. Y como don se debe respetar y racionalizar porque es el gran amigo y el peor enemigo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Admiración hipócrita.

¿Alguna vez habrá sido coherente la sociedad? No encuentro la coherencia en rechazar a quien es diferente, quien posee distintos colores que aportar al mundo y aceptar y endiosar a quien es sólo una versión de otra persona.
Imagino a la sociedad antes de masificarse, amando a líderes, artistas, personas diferentes, únicas, y rechazando a quienes no demostraban tener algo peculiar para brindar al Universo. Sí, la gente ama a las celebridades, a los líderes, pero luego de haber tratado de hacerles la vida imposible. Por ahí por eso hacen que los aman tanto... porque saben lo que los hicieron sufrir.
Suena un poco hipócrita.