miércoles, 10 de noviembre de 2010

Desprolijo.

Tengo huellas en mi interior
Y pasos por fuera.
Parece tan corto el camino
Y tanto lo que caminé.
Cuando el miedo se comienza a apoderar
De esta cerrada habitación,
A veces me pongo a cantar,
Casi siempre lo dejo entrar.
Cuando me quiero acordar
Ya no soy yo.

No sé si no sé
No sé qué sé
Y entre tanto no saber y entre tanto entender
No sé si lo entendí o si siempre lo supe.

Hermana del alma.

Admiro a aquellas dos, que se miran y se entienden. Se esconden de la gente y saben a donde ir. El destino las unió y no la sangre, ellas supieron quedarse, supieron sentir. Las admiro y las envidio de la misma forma y con la misma fuerza. Con bronca, resentimiento y pudor al no verme reflejada, al saber que esa nunca fui yo. Por ahí lo fui, cuando era natural, cuando la infancia regía mi accionar. Pero un día empecé a naufragar, me descubrí tan diferente y ese lugar nunca lo volví a encontrar. Quiero convencerme de que volveré, que volverá. Quiero convencerme de que tengo que esperar y esperar. Pero admiro a aquellas dos, que se miran y se entienden.
Las admiro y las envidio de la misma forma y con la misma fuerza.